Patrimonio Cultural del Tecnológico de Monterrey

Sor Juana Inés de la Cruz, Villancicos a San Pedro Nolasco

Sor Juana Inés de la Cruz, Villancicos qve se cantaron en los maitines del
gloriosissimo Padre S. Pedro Nolasco, fundador de la Sagrada Familia de
Redemptores del Orden de Nuestra Señora de la Merced, dia 31 de Henero de 1677
años
.  En México, por la viuda de Bernardo Calderón, 1677.

Colección Salvador Ugarte, Patrimonio Cultural, ITESM.

Como indica la ficha del título, la edición que presentamos de Los villancicos a San Pedro Nolasco es probablemente la primera, pues fue hecha en el mismo año de su representación en los maitines al padre Nolasco. Un conocedor de la obra de Sor Juana, Salvador Díaz Cíntora, la describe como una “edición suelta y anónima”. Los Villancicos a San Pedro Nolasco fueron reimpresos en 1689 y finalmente recogidos en la recopilación de poesía de sor Juana Inés de la Cruz, Inundacion castálida. La versión moderna de ésta incluye el texto original de estos villancicos, modernizándolos, con cambios de puntuación y variantes menores.

Pero el ejemplar que ahora publicamos en facsímil tiene un interés adicional al de ser lo más cercano a la representación misma: una mano escribió en tinta unas pocas correcciones y comentarios, en los márgenes o sobre el texto, y los firmó: Juana Inés de la Cruz. A continuación estas correcciones:

Coplas. Aparece tachado: "pues a él se le concede/ hacer lo que Cristo hacía”  
Al margen, manuscrito: “como heredero este día"

Tachado: "En que a Cristo parecía"
Al margen, manuscrito: "en que a Cristo solo venía"

"Si uno las almas sanó": la s de "sanó" es convertida en g: "Si uno las almas ganó"

Villancicos que se cantaron en la Misa. Al margen: “estos de la misa no son míos. Juana Ines de la Cruz”. Hasta aquí las adiciones manuscritas.

En conformidad con esta última anotación de Juana Inés, estos “villancicos  que se cantaron en la misa” no figuran en la Inundación castálida, al igual que lo que viene después y cierra la obra: Coplas, Estribillo, y Otro.

Justo antes de la parte final, que Sor Juana declara no ser suya, figura la parte jocosa de la representación, “Villancico de la Ensaladilla”: aparece primero un personaje negro con su modo de hablar el español y alabar a Dios; en seguida un estudiante pomposo, “de docto reventando”, que sólo en latín se expresa, en realidad, en latinajos, en diálogo con quien ignora la lengua y la interpreta cómicamente, y finalmente, un indio, quien canta “un tocotín mestizo / de español y mexicano”. Este “tocotín mestizo”, con el que concluye la representación según la indicación de Sor Juana, es la parte más conocida de esta obra.

La palabra tocotín, de origen nahua, significaba una danza de contenido sagrado. En el periodo virreinal, se convirtió fácilmente en una pieza cantada de temática indígena, incluída en el teatro religioso popular.

Este tocotín mestizo no contiene mucho mexicano o náhuatl, sólo un par de oraciones y palabras aquí y allá. El indio aparece como un personaje bueno y buen cristiano, pero el humor reside en el contraste entre su buena voluntad y su torpeza de fortachón que todo quisiera resolver a golpes.

El indio dice que San Pedro Nolasco “disque se quedó / con los perro Moro / ipam ce ocasion” (en una ocasión):

Mati Dios si alli
Lo estobiera yo,
Censontle matara
Con un moxicon.

Mati Dios: Sabe Dios
Mojicón: golpe que se da en la cara con la mano, dice el Diccionario de la Lengua Española.
Cenzontle: el pelo de la cabeza, o la cabeza misma.

Las promesas de golpear a quien ofendió al santo remiten al indio a su vida de macehual, perseguido por el topil o ayudante del gobernador indio de su pueblo, para que entregue su parte del tributo o vaya a la cárcel:

También un topil
Del Governador,
ca ipampa Tributo
Prenderme mandó.
Mas yo con un cuahuil
Un palo lo dio,
Ipam isonteco
no se si morió.

Ca ipampa: por causa de
Cuahuil: madero, palo
Ipam isonteco: en su cabeza

Díaz Cíntora escribió que Sor Juana hace errores en el náhuatl; nosotros somos de la opinión de que los descuidos son voluntarios, del mismo modo que el español del personaje indio es igualmente descuidado: es la parte desenfadada de los villancicos, para hacer reir a nahua-hablantes lo mismo que a hispano-hablantes; es un canto, como dice Sor Juana, “con ecos desentonados”. Debe sonar a mexicano y a español y ser comprendido por quienes los hablan, pero es un habla que debe ser divertida, como el personaje. Y acaso Sor Juana buscaba recrear en el habla del indio el sonido del habla de los nahuas, en su lengua y en español, al igual que quiso recrear, en clave cómica, el tono del habla del personaje de origen africano.

Lo cierto es que el náhuatl de esta edición primera es mejor que el de las ediciones modernas, que pecan de no hacer el esfuerzo de transcribir correctamente una lengua que no conocen. Por ejemplo, la edición en línea de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes de la Inundación castálida, donde figura esta obra, pone yéhualt por yehuatl, ipamce por ipam ce, machicahuac por ma chicahuac. Errores muy burdos.

Este Tocotín remite a una mucho más larga “Loa satírica mixta de una comedia representada en el atrio de la iglesia del convento dominico de nuestra Señora de la Asunción de Amecameca en la festividad de Corpus Christi”, que se atribuye a Juana de Asbaje cuando tenía ocho años de edad y residía en esa población, en la hacienda de sus abuelos, llamada Panoayan. La loa satírica está escrita mitad en mexicano, mitad en español. En ella refiere que el maestro de la escuela, un fraile, le pidió que escribiera esta pieza y ayudara a organizar la representación de la comedia: se ríe del desorden y las dificultades en que la precipitó esa encomienda, menciona con humor a su abuela (quien murió cuando ella tenía nueve años), defiende a los indios que van a participar, riñe a una negra de la hacienda porque los maltrata, y se burla violentamente de “ciertos bachilleres, todos en aquel tiempo de sangre española, que visitan el pueblo por la fiesta de Corpus, y se dedican entre otras cosas a criticar las pobres producciones de teatro devoto del lugarejo” (escribe Díaz Cíntora, quien publicó la loa satírica). Vale la pena leerla.   


BIBLIOGRAFÍA

Sor Juana Inés de la Cruz,  Obras completas , II, Villancicos y letras sacras, Edición de Alfonso Méndez Plancarte, México, FCE, 1976, p.41, p.17.

___________________________, Inundación castálida, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. CLICK AQUÍ
Ref. de marzo 2023.

Salvador Díaz Cíntora, “La loa de Juana Inés”, en Letras Libres, octubre 2001. CLICK AQUÍ
Ref. de marzo 2023.

Serge Gruzinski, “Un tocotín mestizo de español y mexicano..."Mestizajes barrocos en la ciudad de México”. 14/02/2005. CLICK AQUÍ
Ref. de marzo 2023.

María Eugenia Romero, El uso diglósico del latín en los villancicos a San Pedro Nolasco de Sor Juana Inés de l Cruz”. Auster, 2013 (18). CLICK AQUÍ
Ref. marzo 2023.

Gran Diccionario Náhuatl [en línea]. Universidad Nacional Autónoma de México, 2012. CLICK AQUÍ
Ref. de marzo 2023.

Diccionario de la lengua española. Edición del Tricentenario (en línea). CLICK AQUÍ
Ref. de marzo 2023.